LOS
TRES CLUBES DE LECTURA DE GUAREÑA “VIVEN
LA LITERATURA” EN UNA RUTA LITERARIA SOBRE JUAN RAMÓN JIMÉNEZ Y PLATERO Y YO
El club de
lectura de padres del IES Eugenio Frutos, el del CEIP San Gregorio y el club de
lectura de la Biblioteca Municipal, Eugenio Frutos, celebraron el día del
libro, sábado, 23 de abril, con una
jornada de convivencia muy especial en Moguer, Huelva, pueblo natal del premio
Nobel de Literatura de 1956, Juan Ramón Jiménez autor de Platero y yo.
Un total de 55 personas vivieron la literatura en esta actividad: 31 personas del club de
lectura el IES Eugenio Frutos, entre miembros del club y acompañantes. 18, del
club de lectura de la Biblioteca Pública y 7, del CEIP san Gregorio.
Esta
actividad, organizada por el departamento de Lengua Castellana y Literatura del
IES Eugenio Frutos, contó con la ayuda del Excmo. Ayuntamiento de Guareña gracias a la
Concejalía de Cultura porque, a través de su responsable, José Luis Álvarez, fue sensible a esta iniciativa cultural y
subvencionó los gastos de transporte previa aprobación del proyecto elaborado
por Javier Marcos Porras, y Mamen
Jacinto, coordinadores del club de
lectura de padres del IES Eugenio Frutos de Guareña.
Desde 2014,
año del centenario de la publicación de Platero
y yo, los responsables de los clubes de lectura del IES Eugenio Frutos,
del CEIP San Gregorio, Josemaría Parralejo, y de la Biblioteca Pública Eugenio
Frutos, Esmeralda Rodríguez y Lali Cortés, estuvimos acariciando la idea de hacer una
visita conjunta a los escenarios vitales y literarios de Juan Ramón Jiménez,
pero diversas circunstancias impidieron su desarrollo. Tanto más porque ya tenemos una tradición de colaboración en
pro del fomento de la lectura en nuestra localidad. Todos aún recordamos la
lectura poética conjunta para celebrar el centenario de Campos de
Castilla de Antonio Machado en
2012, o la ruta literaria conjunta a Salamanca, en 2014, que no solo sirvió
para afianzar nuestros lazos de colaboración, sino también para compartir
experiencias y vivencias en torno a la Literatura. Hacemos todo esto, porque
estamos convencidos de que hay que vivir y hacer literatura en vez de estudiar
Literatura.
Platero,
tú nos ves, ¿verdad?
El día comenzó con un homenaje a Juan Ramón y a
su mujer Zenobia Camprubí en el cementerio de Moguer. Leímos los poemas El
viaje definitivo y Yo no soy yo depositando un ramo de flores sobre
su tumba.
Fragmento
de El viaje definitivo
[…]
Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado.
mi espíritu errará, nostálgico…
Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido…
Y se quedarán los pájaros cantando.
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado.
mi espíritu errará, nostálgico…
Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido…
Y se quedarán los pájaros cantando.
Después tuvimos una visita guiada en la Casa
Museo Zenobia y Juan Ramón, ubicada en la casa familiar del poeta. Aquí se
conservan todos los enseres personales de la pareja, muebles, ropas... y, lo
que es más importante, las obras inéditas del poeta guardadas en las cajas
de vida, así como su extensa biblioteca, más de tres mil quinientos libros, porque una de las
cosas que más amó JRJ fueron sus libros marcados con ex libris,
anotaciones, dedicatorias…La impronta del poeta. El poeta aprendió de todos, de
los autores clásicos, de sus contemporáneos, pero también de los músicos,
filósofos, antropólogos… Además pudimos conocer cómo Zenobia y Juan Ramón se
amaron, como ella se ocupó de él, de que nada le molestara para que pudiera
centrarse en su vocación poética. Supimos que Zenobia fue una adelantada a su
tiempo. Traductora del poeta hindú, Rabindranath Tagore, colaboradora de JRJ
hasta el punto de que mejoró al poeta y al hombre. Pocos de los participantes
de la ruta sabían que ella fue la que decoró los primeros Paradores Nacionales
de España, entre ellos, el de Mérida, gracias a su tienda de Arte Popular
Español o que fue fundadora de diversa actividades de voluntariado social como
“Enfermeras a domicilio”, “El Ropero de Santa Rita”, o “El Comité Femenino de
Higiene Popular”, sin olvidar que tomó a su cargo el cuidado de 12 niños
huérfanos por la Guerra Civil. En
definitiva, como dicta el tópico; una gran mujer, detrás de una gran hombre.
Después visitamos la casa natal del poeta en la calle de la
Ribera. Desde su azotea pudimos contemplar el mar y el río Tinto, fundamental para los negocios
de exportación de vinos de la familia de JRJ. Allí leímos el capítulo CXVII de Platero y yo “La casa de la
Ribera”:
Aquí, en esta casa grande, hoy cuartel de la Guardia Civil,
nací yo, Platero. ¡Cómo me gustaba de niño y qué rico me parecía este pobre
balcón, mudéjar a lo maestro Garfia, con sus estrellas de cristales de colores!
Mira por la cancela, Platero; todavía las lilas, blancas y lilas, y las
campanillas azules engalanan, colgando la verja de madera, negras por el
tiempo, del fondo del patio, delicia de mi edad primera...
Y el capítulo XCV,
titulado “El río” de Platero y yo:
"Mira,
Platero, cómo han puesto el río entre las minas, el mal corazón y el
padrastreo. Apenas si su agua roja recoge aquí y allá, esta tarde entre el
fango violeta y amarillo, el sol poniente [...]. El cobre de Riotinto lo ha
envenenado todo"...
Más tarde recorrimos las calles
adornadas con citas de JRJ y con estatuas de personajes relacionados con la
vida y obra del poeta y su mujer. Acabamos nuestro recorrido en Fuentepiña,
junto al pino redondo bajo el cual está enterrado Platero. Allí leímos el capítulo
CXXXV “Melancolía”
de Platero y yo:
Esta tarde he ido con los niños a visitar la sepultura de
Platero, que está en el huerto de la Piña, al pie del pino redondo y paternal.
En torno, abril había adornado la tierra húmeda de grandes lirios amarillo... [...]
Tras los pasos de Colón
Por la tarde vistamos el monasterio franciscano de La
Rábida y el Muelle de las Carabelas con las réplicas de las naves que
acompañaron a Cristóbal Colón en su busca de una ruta comercial hacia Oriente. La intención de esta parte de la visita era reivindicar un
hecho clave para entender el papel de nuestro
país en el mundo y la importancia de la lengua española: el Descubrimiento de
América. En estos enclaves colombinos pudimos hacernos una idea de lo que
representaron aquellos viajes del siglo
XV, cuando el hombre empezó a conquistar el mundo que le rodeaba, dando lugar
al movimiento cultural del Renacimiento y a la Era de los Descubrimientos.
Hablan los participantes
La visita a la casa museo de Zenobia y Juan Ramón Jiménez en Moguer fue
realmente emotiva y difícil de olvidar. Sobre todo me impresionó el halo de
recuerdos que envolvía la casa natal, la fiel escenificación de la vida del
poeta y su mujer, con sus respectivos enseres y ajuares cotidianos que nos
hacen imaginar cómo serían sus vidas y el exquisito detalle con el cual fueron
colocados; ya que, parece ser, ellos mismos colaboraron con esta casa museo.
Pero lo extraordinario es lo que atesora, la infinita memoria que guarda de sus
vidas antes del exilio a Nueva York. Impresiona gratamente el fondo
bibliográfico que contiene, cientos y cientos de volúmenes, de títulos de
grandes obras clásicas en diferentes idiomas, traducciones en todas las lenguas
de "Platero y yo",
y el ansia de perfección casi obsesiva del poeta y la infinita paciencia de
Zenobia, que iba pasando a limpio los textos de Juan Ramón, sobre correcciones
ya hechas por él y nunca dadas por definitivas. Un gran escritor que contó a su
lado con una no menos inteligente mujer que supo reconocer la genialidad del
poeta.
Filo Isidoro Gómez
El paso por Moguer y Fuente-Piña me permitió escudriñar en la vida de
Juan Ramón y Zenobia con el entusiasmo y maestría que el profesor Javier Marcos
nos brindó. Un día lleno de imágenes literarias para guardar siempre en el
recuerdo.
María del Carmen Borrallo Espinosa.
Un día lleno de ilusión, enseñanzas, y algún que otro silencio rodeado
de fragancias.
Lali Cortés
En
este viaje cultural, recreándonos en las vidas del poeta Juan Ramón Jiménez y
su esposa Zenobia, me he reafirmado en mi teoría de que en la grandeza de las
personas está la inmortalidad.
Rosa
Sánchez.
Una ruta literaria
inolvidable en la que se funden cultura y divertimento para dar como resultado
un maravilloso día de convivencia con gente fantástica.
Eladia
Díaz.
Precioso
el recorrido histórico sobre la vida de Juan Ramón Jiménez y admirable la
posición que toma su esposa Zenobia en la vida de Juan Ramón. Nos hace
reflexionar, detrás de un gran hombre, siempre hay una gran mujer.
Mª
Ascensión Rodríguez.
Una
ruta cultural muy interesante acompañados de unos buenos y conocedores guías de
la vida de ese gran escritor, Juan Ramón Jiménez, compartiendo con nosotros
esos conocimientos, muchos al menos desconocidos para mí. Un gran y feliz día.
Juani
Soto.
Una
experiencia digna de repetirse. Mi admiración por Juan Ramón Jiménez ha
aumentado y por Zenobia, su mujer, aún más pues es la gran desconocida. Una
visita genial para conocer la vida y obra de un genio apoyado por una gran
mujer.
Josebel
Gallardo.
Palpar
la juventud de Juan Ramón, ver el mar desde el mirador de la calle de la
Ribera, respirar el aire puro del huerto de la Piña, oír las palabras de Platero y yo allí donde fueron
escritas.
Moguer
es poesía en todos los sentidos.
Francisco
Miguel Monago Gallardo
Capítulo L
10 de febrero
Mar llano. Cielo liso
—No parece un día...
—¡Ni falta que hace!
Capítulo LI:
10 de febrero
¿No ves el mar? Parece,
anocheciendo
—-acuarela de lluvia,
Con — agua dulce- suaves verdes, amarillos,
rosas—,
un tierno, vago pensamiento mío,
sobre el mar...
El sábado 23 de abril de
2016, en Moguer. El lunes 25 saqué de la
biblioteca del IES Eugenio Frutos Diario
de un poeta recién casado y empecé a leerlo. Eso ha sido para mí
nuestro viaje a Moguer, ¿comprendes?
Francisca Gallardo
He compartido una jornada estupenda con los compañeros de los diferentes
clubes de lectura de Guareña, con clases magistrales de literatura y
sentimientos enfrentados al conocer la vida de Juan Ramón Jiménez y Zenobia. Estoy
deseando repetir la experiencia.
Antonio Borrallo Espinosa.
Este viaje, me ha permitido conocer el alma de Juan Ramón que va más
allá de Platero y me ha regalado la figura de Zenobia, una sombra fundamental
en la historia de nuestra literatura.
Eva Rodríguez Quirós.
Un viaje maravilloso. Vine encantada de haber descubierto a Zenobia, una
gran desconocida y una gran mujer, qué hubiese sido de Juan Ramón sin esa gran
mujer en su vida.
La visita al monasterio de la Rábida emocionante, pensar que allí estuvo Cristóbal Colón y que allí se fraguó todo es indescriptible.
El muelle de las Carabelas me encantó. Subir en la Pinta y ver el
espacio del que disponían y el viaje que tenían por delante. Fueron unos auténticos
héroes por viajar en esas condiciones, ole por todos los marineros que viajaron
con Colon.
Silvia Pozo.
Moguer eres inmortal, gracias a tu Platero. Desde hace años Platero y yo me cautivó por su
sencillez y vivencias. Es el buen amigo, incansable, tierno como la promesa que le hizo JRJ a su amigo en el
moridero:
"Vive tranquilo Platero, yo te enterraré al pie del pino grande y
redondo del huerto de la piña, que a ti tanto te
gusta".
Aunque ya conocía Moguer, lo he
vuelto a descubrir, sus calles, casas museos, navegantes que ensanchan su
horizonte del universo conocido rumbo a lo desconocido. La habitación dónde
nació el autor, la azotea a la que nunca subiste, ver ese horizonte tuyo,
Platero tu tumba, mereció la pena llegar hasta allí. ¿Cuántos secretos
escondidos? y me seguiste cautivando, fiel amigo.
Me vine llena de vivencias, creí
percibir al niño tonto en sus correrías, se reía desde el cielo pero ya no era
tonto era un ángel amigo de todos los niños, ¿te lo puedes creer? Me vine
llena de esa estancia inolvidable.
Elisa Cabanillas.
Inolvidable.
Una jornada llena de emociones, nunca me vi depositando unas flores en
la tumba de una pareja grande de nuestra literatura, Juan Ramón y
Zenobia y menos aun leyendo sus poesías debajo del pino donde se
encuentra enterrado nuestro querido Platero.
Estar
en la casa natal del poeta, en la familiar, ver sus libros, sus
apuntes, sus pinturas, sus ropas, sus muebles.... las explicaciones del
profesor, me ayudan a crear la parte humana de esta entrañable pareja,
sus vidas me van tocando el alma. Me impresiona Zenobia cómo resuelve la
vida del poeta.
No
tengo ninguna duda, si Zenobia no cruza el camino de Juan Ramón, no
hubiese existido nuestra visita a Moguer el pasado 23 de abril
celebrando el Día del Libro con estos tres clubes de lectura de
Guareña.
Pura Pajuelo Moreno
Cementerio de Moguer. Homenaje a JRJ y Zenobia
Flores para JRJ y Zenobia
Con Platero en el patio de la Casa- Museo Zenobia y JRJ
Las "cajas de vida". Archivo de las obrás inéditas de JRJ
En Fuentepiña, al lado del pino redondo, bajo el que está enterrado Platero
En el refectorio del Monasterio de la Rábida. Siguiendo los pasos de Colón
En el Muelle de las Carabelas, embarcando en La niña.
En el claustro mudéjar de La Rábida