Un día en la sierra de Gata
El pronóstico era de
lluvia, pero por suerte la lluvia no apareció en todo el día. Ese
jueves, me levanté con mucha ilusión porque tenía muchas ganas de
conocer esos pueblos, que aunque son pequeños, tiene muchas cosas
que enseñar.
La primera parada fue en
San Martín de Trevejo. Llegamos a la plaza mayor y allí salió a
atendernos el alcalde del pueblo. Después de una pequeña charla,
tuvimos un tiempo libre. Yo me fui con César, Antonio, Dori, Fran,
Nene y David. Estuvimos tomando fotos y hablando con algunas personas
que nos encontrábamos en el camino. Fuimos a una fuente, donde nos
encontramos con otros compañeros y volvimos a la plaza. Al llegar,
un guía estuvo enseñando el pueblo en el que, aunque parece
pequeño, tuvimos que andar un montón.
Después nos fuimos a un
pequeño bar a comer. Volvimos a tener otro rato libre. Cuando
terminó nuestra visita a San Martín, nos pusimos rumbo a Trevejo,
un pueblo de 25 habitantes. Estando allí, hicimos una visita al
castillo. Era grande y estaba en una zona muy alta y, aunque estaba
en ruinas, había unas vistas preciosas. As u lado, se encontraba la
antigua iglesia y algunas tumbas en el suelo.
Para finalizar el viaje,
fuimos al monasterio más pequeño del mundo. Dentro de él había
una vivienda. Era muy pequeña. Esta es de la excursiones que más me
ha gustado, porque hemos visitado unos pueblos muy bonitos y
antiguos.
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